¿Pensando en adquirir un nuevo vehículo y tienes dudas sobre el tipo de compra a realizar? ¿Buscas el tipo de financiación que mejor se ajuste a tus necesidades? Te presentamos tres soluciones que te pueden resultar muy interesantes a la hora de comprar tu nuevo vehículo: renting, leasing y factoring. ¿Alguno de estos conceptos no te resulta familiar? A continuación, detallamos las características de cada uno de ellos.

Renting: la opción más demandada en la actualidad

Una alternativa muy interesante tanto para empresas, como para autónomos y que, en la actualidad, es un modelo cada vez más utilizado por clientes particulares. A través de un contrato de renting, se fija el pago de una cuota mensual fija por el arrendamiento a largo plazo de un vehículo completamente nuevo. Durante cuatro años, el cliente no tendrá que preocuparse de ningún gasto de mantenimiento ni de seguro, conceptos incluidos dentro de la cuota.

Una vez finalizado el contrato éste se podrá renovar, pero con la condición de que el cliente deberá cambiar el vehículo por uno nuevo. No existe la posibilidad de quedarse el mismo coche.

Leasing: un contrato opción a compra

Este modelo, a diferencia del renting, sí que permite al cliente comprar el vehículo una vez ha finalizado el periodo de arrendamiento. En este caso, se deberá abonar el valor residual del vehículo. Existen dos tipos de leasing:

  • Leasing abierto. En el contrato se estipula que el cliente estará obligado a comprar el coche una vez se haya finalizado el periodo establecido de alquiler.
  • Leasing cerrado. En este modelo, no es obligatoria la compra del vehículo una vez se haya finalizado el periodo de arrendamiento. Por tanto, cada 3-4 años, el cliente suele cambiar su vehículo por uno nuevo.

Con un contrato de leasing, hay que tener en cuenta que el cliente tendrá que hacer frente, además de la cuota mensual, a todos los costes de mantenimiento, seguros e impuestos.

Factoring: cada vez con mayor presencia en España

Consiste en un sistema de financiación que no implica ningún riesgo para la empresa que realiza la venta del vehículo. Esto significa que la entidad bancaria es la que asume el riesgo de un posible impago y la que realiza la gestión de cobro. Es una alternativa con poca participación en el mercado español, aunque en los últimos años está creciendo de forma progresiva.

Este sistema es utilizado normalmente por empresas grandes, aunque, poco a poco, las pymes lo empiezan a utilizar, siempre y cuando puedan demostrar que trabajan para empresas grandes. El riesgo asumido por la entidad bancaria le permite cobrar cerca del 5% del vehículo, importe normalmente abonado por el cliente. Otro factor a tener en cuenta es que, para acceder al factoring, no es un proceso sencillo: existen ciertas barreras de entrada como, por ejemplo, intereses elevados y altas comisiones.

¿Sigues teniendo dudas del sistema sobre el tipo de financiación idóneo para ti o tu empresa? Nuestros expertos te ayudarán a elegir entre la opción que mejor se ajuste a tus necesidades.

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